La historia de la filosofía gubernamental se
ve enfrascada en la reflexión del sistema de la desigualdad, el poder, el
gobierno, iniciando con principios básicos, la igualdad, la equidad y la
justicia, principios que evolucionarían y transformarían en corrientes
filosóficas de gobernanza, esta misma percepción que amerita una clasificación
y ordenamiento de ideas se tocarán en el presente ensayo donde se observará la
visión de estado y aportaciones contractualistas de Rousseau, Hobbes y Locke.
Los tres autores concuerdan sobre la
influencia de un ser externo como el poder, el cual desborda y corrompe
la naturalidad humana de ser libre y al mismo tiempo esa reflexión los hace
coincidir en la necesidad del Estado por ser el guía que controle y modere la
vida justa, igualitaria y equitativa, sin embargo ellos saben que el Estado es
juez y parte, de la creación, seguimiento y ejecución para un proceso
regulador, el cual es el meollo de las diferencias entre los tres autores.
Complementariedades entre Diderot y Rousseau
0J. J. Rousseau (1712 – 1788) es un
enciclopedista que se aleja de Diderot, el cual considera y defiende la tesis
donde menciona a la civilización como corruptora de la voluntad natural del ser
humano, es decir el ser humano por naturaleza es bondadoso y es cuando crece
en sociedad, la naturaleza cambia por la busca intereses personales que no son
justos, igualitarios y equitativos.
Rousseau
considera a la sociabilidad como el autor de la pérdida del estado natural de
la libertad, ya que la sociabilidad forma de manera inercial el Estado Político
y este debe organizarse por leyes y contratos[1], es decir para organizar la convivencia
civil, la población de una sociedad debe estar normada con los contratos
sociales que controlan la bondad del ser humano al grado de corromperla si
recordamos que la premisa Roussoriana señala que el hombre es un ser nacido
libre y al mismo tiempo esta esclavizado, porque vive engañado ya que se piensa
como el amo de otros (hijos, nietos, si él es patrón: esclavo, siervo, peón,
etc.) pero en realidad desde el nacimiento es igual que sus pares, deja abierta
la deducción de su pensamiento señalando la natural corrupción porque el ser
humano se ve obligado a la búsqueda del bienestar individual y por consecuencia
limita las oportunidades de otro individuo, provocando desigualdad[2].
Tomas
Hobbes (1588-1679), considero
personalmente como el principal generador y exponente de la corriente
contractualista la cual define por medio de parábolas y metáforas, la razón del
surgimiento del estado moderno catalogándolo como un contrato social o acuerdo
de voluntades[3],
desarrolla una filosofía política por ello se conoce como iusnaturalistas (derechos naturales propios de los seres humanos),
contemplando a la razón como el principio generador del universo, la cultura,
la naturaleza, estos mismos se ven envueltos y relacionados de manera
equilibrada, (justa, igualitaria y equitativa) para la formación de la armonía
social.
Desde mi perspectiva Rousseau retoma las
ideas de Hobbes el cual señalaba todos
los hombres son iguales por naturaleza[4],
haciendo este escrito con más semejanzas que diferencias, pues parte también de
que el desprecio a otros individuos es un desequilibrador inercial.
Ahora bien la diferencias entre ambos es la
terminología, pues a lo que Rousseau maneja como intereses personales, Hobbes
lo maneja en términos de competencia, profundizando en la discordia la cual
generará en términos macros una guerra de todos contra todos, porque se basa en
un principio elemental “en la tierra los bienes son limitados”.
Ahora bien unas de las diferencias claras
entre Rousseau y Hobbes es que el primero
habla de bienestar mientras que Hobbes menciona un confort natural que nace por
el temor a la muerte, consecuencia al individuo de buscar vivir
confortablemente. Este instinto de conservación, da origen a crear un pacto
denominado Estado, que para Hobbes es una bestia llamada Leviatán, donde tiene
el respaldo de toda la población para castigar, controlar, ejercer justicia,
(hasta violentamente –era la edad media-) con toda la justificación porque
todos estamos de acuerdo con el pacto.
Para
Hobbes “El Estado es la suma de individuos”, “el Estado contiene y domina todo”[5]. Y la diferencia más grande entre los dos
autores es que uno considera al pacto como social y el otro como una simple
unión entre individuos.
Hobbes, sabe que el pacto, no nace con fines
sociales, al contrario nace con fines individuales para que los hombres no se
maten entre ellos, por la competencia natural que existe en nuestra especie
(¿principios de capitalismo?), responsabilizando al Estado para velar por la
seguridad de los mismos, pero para poder aceptar este papel omnipotente del
estado es necesario renunciar a un derecho natural de la humanidad, “el derecho
a defenderse asimismo”, y sustentar un absolutismo, el cuál terminaría
siendo el defensor el rey, monarca, zar, etc. forjando un poder político
absoluto que se encuentra por enésima de todos los poderes, el cual debe de ser
su única función la protección, seguridad, de la propiedad privada (territorio)
y su permanencia en el poder.
Se considera al padre del liberalismo J.
Locke (1632 – 1704), pues fue el fomentador del constitucionalismo
liberal, como contra peso de la burguesía y el absolutismo, ya que esta contaba
con un poder incontrolable e insostenible.
Las diferencias entre Hobbes y Locke se encuentra en dos premisas, la primera tiene que ver
con el estado de la naturaleza el cual Lucke menciona que es pacífico y la
segunda al derecho a la propiedad privada.
El
poder del Estado debe estar regulado por un poder legislativo, tomando
encuentra derechos naturales, los cuales se centran en sujetos que son dueños de
ellos y titulares de estos mismos (posteriormente Rousseau mencionaría que son
irrenunciables), pues para Locke el derecho natural es anterior y superior –más
importante- al derecho positivo (D.
Positivo: plasmado en la constitución).
En comparación con Hobbes existe una coincidencia directa la cual Locke
deja clara, la defensa de la propiedad privada es el objetivo de la política,
la cual la divide en tres: la vida, la libertad y los bienes.
El Estado de cambia radicalmente de
concepción pues se convierte en una forma jurídica que protege al individuo que
es dueño y titular de derechos[6].
Los tres autores son el parteaguas de las
concepciones modernas del Estado y al mismo tiempo son los que definirían los
rumbos de las nuevas formas de gobernanza del siglo XVIII y XIX, sus
diferencias y semejanzas enriquecen el entendimiento de las formas de actuar de
la administración pública y comprenden las nuevas ideologías políticas que
evolucionaron en el siglo XX, es decir son las raíces de los aconteceres de
nuestros tiempos.
[3] Aun tomando como base que el termino se generalizó y
profundizó con Rousseau 100 años después, gracias a la obra contrato social, la
cual manejaba principios básicos de Hobbes.
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