En realidad, los niños siempre han existido políticamente, aunque su reconocimiento y protección como un grupo específico en la sociedad ha evolucionado a lo largo del tiempo.
Durante el siglo XX, hubo importantes avances en los derechos de los niños y en la consideración de sus necesidades y bienestar.
En muchos países, las leyes y los sistemas políticos comenzaron a prestar más atención a los derechos de los niños en el siglo XX. Por ejemplo, en 1924, la Declaración de Ginebra de los Derechos del Niño estableció una serie de principios para la protección de los niños, y en 1959, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración de los Derechos del Niño.
Posteriormente, en 1989, se adoptó la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, que es un tratado internacional que establece los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de todos los niños.
La Convención ha sido ratificada por la gran mayoría de los países del mundo y ha influido en la legislación y las políticas en relación con los niños en muchas naciones.
A través de estos instrumentos y otros mecanismos legales y políticos, los niños comenzaron a ser reconocidos como sujetos de derechos y se implementaron políticas y programas para proteger sus derechos y promover su bienestar.
Esto incluye el acceso a la educación, la protección contra el trabajo infantil, la prevención del abuso y la explotación, y el derecho a participar en decisiones que les conciernen, entre otros aspectos.
Es importante destacar que si bien los avances en los derechos de los niños han sido significativos, todavía existen desafíos y disparidades en su aplicación en diferentes partes del mundo. Sin embargo, es innegable que, a lo largo del siglo XX, se produjo un cambio político y social importante en la forma en que los niños son vistos y tratados en la sociedad.
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