CAPITULO I - IGNACIO MANUEL ALTAMIRANO BASILIO
Escritor
(novelista y cronista, padre de la literatura mexicana denominada costumbrista),
político (diputado federal en tres ocasiones, Presidente interino de la
Suprema Corte de Justicia), educador (precursor de la instrucción
primaria, de las escuelas formadoras de normales, maestro de diferentes
Instituciones), periodista (fundador de revistas literarias y de crítica
social y colaborador destacado de periódicos), coronel (victorioso en
batallas en contra de II imperio mexicano, en Cuernavaca, Querétaro, entre
otras), cónsul (representante del gobierno mexicano en el extranjero,
como embajador en Francia y España), gran
maestro masón (logia Yorkina y fundador de la logia del Oriente de México),
miembro de variadas e importantes asociaciones por ejemplo: Secretario General
de la Sociedad mexicana de Geografía y Estadística. Nació en Tixtla, en el Virreinato
de la Nueva España, en el Reino de México específicamente en la Provincia de
México, el 13 de noviembre de 1834[1].
Falleció
el 13 de febrero de 1893 en San Remo, Italia, a la edad de 58 años, siendo para
México uno de los liberales más importantes y congruentes de la historia de la
república y sobre todo digno representante del siglo XIX.
Altamirano
es un ser multifacético, pero con gran relevancia en cada una de ellas, su
legado desempeñó un papel crucial en cada una de ellas, sin sus aportaciones en
el ámbito, político, militar, literario o diplomático, la historia de México
sería muy diferente, al grado que se puede aseverar por la biografía misma del
personaje y el contexto general histórico de los precedentes en los periodos
consecuentes como el porfiriato, revolución y México contemporáneo, como un
legado indiscutible, es decir, la trascendencia al día de hoy es vigente,
importante e innegable.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario