Hablemos de
realidades. La educación siempre ha sido importante, pero no lo más importante
y en ninguna época de la historia de la humanidad, ¿Qué es lo más importante
entonces? qué comer mañana, cómo curarme, cómo vivir con seguridad o justicia,
pagar las deudas etc... Según Carl Sagan, en el libro el mundo y sus demonios
1996, capitulo 1. Lo más preciado pág. 17, en unos de los textos más antiguos
de la historia humana en Sumeria hace unos cuatro mil años (última etapa
declive de cultura 1900 a.c.), se lamenta el desastre de que los jóvenes sean
más ignorantes que la generación inmediatamente precedente, si desde hace 4000
años tenemos esta percepción.
Entiendo que la
tenemos porque sabemos que la educación no te da para vivir tranquilo
(responsabilidades), pero si te da para vivir mejor (oportunidades), será que
la humanidad apremia mejor la estabilidad/tranquilidad que el bienestar y
entiéndase este último como el proceso doloroso de sufrir al crear algo,
mejorar algo ya existente o la certeza de ganar (invertir), pero ¿Por qué
sufrir?, será porque nunca es suficiente y se vuelve a hacer sea éxito o
fracaso el resultado. Un tema netamente filosófico de educación, bien no me
quiero desviar del tema central, solo quería puntualizar que la interacción
educativa desde lo filosófico crea frustración y entiéndase esto como “pensar
en la educación”.
Existe cierta
frustración social sobre los retrocesos educativos, que si los aprovechamientos
escolares, que la cantidad de protestas magisteriales, que la desidia y
desinterés del alumnado, que el desinterés del gobierno, que la corrupción del
sindicato y sus corrientes, que la voluble, irregular e inconstante política
educativa en fin hablamos de un sector de la sociedad que se suma a la
percepción de enfermedad, que lastimosamente también toca al sector educativo.
En el caso de
maestros es frustrante que se sabe de la falta de compromiso de algunos
colegas, se sigue viendo el empleo como algo seguro, lo que pude “conseguir”
practicantes para lo que me alcanza, lo que arroja una irresponsabilidad por
cuestiones profesionales y éticas dejando de lado la cantidad de clases, la
calidad, si esta preparado, si planeo, si tiene expectativas con los alumnos,
si dará más de lo que pide la curricula, si entiende la curricula en su
enseñanza y en su contenido. Es decir, existe un estatus peor a la mediocridad.
Pero ojo le
sumamos la parte institucional, el patrón la SEP o su homologo Estatal brinda
las posibilidades, por ejemplo, si gobierno ha dado los materiales adecuados,
si ya redujo la carga administrativa, si el centro de trabajo esta a menos de
30 km., de la casa del maestro (en áreas conurbadas menos de 6 km.) Si se
cuenta con la infraestructura segura para fenómenos naturales (sismos,
huracanes, inundaciones etc.), segura para fenómenos sociales (si los que
piensas), segura para el servicio (ventanas, baños, ventiladores, techumbres,
patios, bardas, tecnológicos etc.).
Si nos
percatamos de manera muy somera es una cuestión de articulación entre servidor
público (docente) y gobierno (patrón) con usuarios (alumnos), de lo que si
alguna parte muestra debilidad o falta de profesionalismo se cae el sistema y
da la percepción de que vamos por mal camino.
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