La historia no puede estar aislada de otras asignaturas, adentro del
área de ciencias sociales se integra, sin embargo, es de una manera separatista.
Hablar de historia como de otras
ciencias en estos tiempos es conocer tanto de sus ramas, como de sus
vinculaciones disciplinarias, para el maestro del siglo XXI, el reto es
extenuante, ya que, el proceso de su desarrollo a medida de calidad y
productividad tienen una orientación directamente proporcional a la profundidad
del tema, el cual facilita en el alumno su entendimiento, su paralelismo con
algún otro evento histórico, su compresión y reflexión de las causas y
consecuencias del mismo, y principalmente su permanencia y cambio en el aspecto
vivencial.
Por ello la unión de varias asignaturas
para entender una situación problemática, es benefactora a la metodología,
produce en los alumnos, el interés, la motivación y la orientación de sus
opiniones, asimismo que potencializa su autonomía en el aprendizaje, gracias a
esta ventaja que brinda la interdisciplinariedad por la capacidad de abarcar
varios de los contenidos que coadyuvan a realizar la máxima de la enseñanza de
la historia “la conciencia histórica” mientras, para
el maestro realizar esta función se requiere verdaderamente de un conocimiento
de la cultura general de la humanidad, de su cultura y de la sociedad en la que
está inmersa su fuente de trabajo.
Así podrá proporcionar rasgos y
pensamientos éticos brincando en el alumno como luces que apuntalan ideas,
ayudan a formular hipótesis, crean teorías y hasta llegan a emitir juicios
personales sobre algunos pasajes de la historia, tanto local, nacional o
global.
Para varios de nosotros la función de
conocer los planes y programas, no solo del grado, sino también
de otros y de otros niveles educativos cobra gran relevancia, ya que, la idea de
atención de los aprendizajes esperados se diversifica y se amplía a la
cobertura de los mismos, para lograr no solo los objetivos de asignatura, ni de
grado, si no la comunión en el perfil de egreso, de esta manera el maestro
tiene que recurrir a dos de las principales funciones para poder planear y
realizar una clase:
1.- Conocer planes y programas para
poder vincular asignaturas y temas.
2.- Conocer temas y profundizarlos a
medida de lo posible para generar en los alumnos cualidades antes descritas.
La historia lejos
de la separación de sus contenidos, deberá en la vinculación con las
materias por la experimentación no solo de metodologías, si no de métodos que
corroboran el aprendizaje, la facilitación para con los alumnos como es el
caso de:
- Método científico.
- Metodología de la Investigación,
- Redacción.
- Comprensión lectora.
- Temporalidad.
- Valores y actitudes.
- Ubicación.
Es aquí el proceso de interdisciplinariedad para el desarrollo de una buena práctica
docente.
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