Extracto de: “Repercusiones
del cambio sobre la personalidad de los profesores”
Primera etapa:
En
la escuela nueva se necesita de la energía y la innovación de los novatos, porque
inmediatamente como están frente a grupo se convierten en lideres naturales,
los alumnos los siguen y los admiran más que en ninguna otra etapa, es ahí
cuando él Mtro. se comportan como estudiante, doy como ejemplo a los
maestros practicante y a los maestros con menos de 5 años que llegan a fundar
escuela, implementar nuevas metodologías,
diseñan estrategias, se atreven a desarrollar clases dinámicas, innovar etc., la
sociedad los reconoce y los alumnos los proclaman como maestros amigos.
Segunda etapa:
Se
necesita a maestros guías, consolidan experiencia, son directos, dominan contenidos
y procesos de enseñanza-aprendizaje, pueden compartir, experiencias, conocimientos,
éxitos y errores, con los propios maestros, saben explayar sus necesidades y los
puedan resolver, proponen y son astutos en sus clases, podrían ser directores o
promotores de algún programa gubernamental, la experiencia y el prestigio ya
ganado por excelencia es el que respalda su trabajo, es necesario alimentar su animo con una generación de ambientes donde se muestren con liderazgo, compartiendo ideas.
Tercera etapa:
Incentivar
por medio de estímulos jerárquicos a los maestros que empiezan a caer en el desánimo,
en el tradicionalismo, se aburren de la monotonía y/o repetir procesos, pareciera
que no existe cambio, las generaciones repiten problemas de aprendizaje y la política
públicas parecen obsoletas, para ello es necesario cambiarles la dinámica, en
este sentido encontraríamos puestos de supervisores y de jefes de sector, para
convertirlos en novatos nuevamente, incentivar la motivación, la imaginaria,
los retos y el cambio de paradigma, explayando su experiencia y trayectoria al
grado de potencializar sus fortalezas en beneficio del Sistema Educativo.
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